Investigación de delitos complejos

S

i bien, el objetivo de una investigación derivada de una denuncia penal se relaciona con el esclarecimiento de los hechos (presuntos responsables, móvil o motivaciones que se tuvieron para haberse cometido, tipo de participación de los responsables, etc.), lo cierto es que una aproximación de este tipo suele establecer como objetivo de la actuación la resolución particular de un caso, y por tanto, la determinación de consecuencias para quienes han intervenido en el mismo. A esta mirada podríamos denominarla “perspectiva micro”, en la medida que se concentra en los hechos particulares relacionados con un hecho ilícito.

Por el contrario, existiría un enfoque menos restringido –y por supuesto, no excluyente del primero- cuya perspectiva de aproximación sería mucho más amplia y que se preguntaría no sólo quién cometió un delito, por qué lo hizo, de qué manera; sino que también intentaría comprender la realización de una serie de hechos en particular como parte de un patrón de comportamiento, en donde seguramente el hecho investigado podría ser “uno más” de una cadena delictiva bajo un mismo modus operandi. Tal circunstancia resulta relevante, no porque pierda importancia la investigación de los hechos y evidencias concretas que se relacionan directamente con el caso que estamos defendiendo, sino porque asumir que el delito que se investiga puede estar enmarcado en un patrón delictivo, permitiría acercarse a esa evidencia de una manera distinta, y desde luego, a establecer como parte del plan de investigación, hipótesis y líneas lógicas, una investigación que intente advertir la evidencia o hechos concretos de un caso como parte de una serie de acciones que probablemente podrían estar siendo realizadas de una manera semejante. Este enfoque suele ser útil, por ejemplo, en la investigación de redes de trata de personas, en la medida que los mecanismos de enganche suelen ser similares, por lo que en la medida que se descubra la manera en que opera un mecanismo específico, se podrá comprender una lista amplia de ilícitos que tengan la misma naturaleza.

En función de lo anterior, es preciso aclarar que generalmente se suele plantear un modelo o enfoque marco en todas las investigaciones de aquellos fenómenos que se han denominado como “macro-criminalidad”, y que suelen referirse a la necesidad de investigar redes criminales en donde participan muchas personas y que da origen a fenómenos delictivos particularmente complejos –como los ciberdelitos sexuales- y que, por supuesto, requieren de un enfoque muy particular de investigación que precisamente se concentre en el diagnóstico de tales factores6.

Ahora bien, es importante apuntar que cuando nos referimos en este apartado a un “enfoque macro para la investigación de delitos” no queremos reducir la necesidad de investigar desde este enfoque sólo a la presencia de grandes y complejas redes de delincuencia organizada, sean o no transnacionales. A esta metodología también se le ha denominado “persecución penal estratégica” y cuestiona el “modo tradicional” de investigación que piensa en casos aislados, por un enfoque orientado” en el conocimiento de los fenómenos criminales que más continuidad y suscitación tienen en una localidad determinada”7. En realidad, la idea de pensar en una perspectiva macro obedece a la identificación de fenómenos delictivos que trascienden a un solo caso en particular, y que, desde luego, ameritarían la adopción de un enfoque de investigación como el antes propuesto.

6Cfr. Salcedo Albarán, Eduardo, y Garay- Salamanca, Luis, Macro- criminalidad. Complejidad y resiliencia de las Redes Criminales, Editorial Iuniverse, Bloomington, 2016, pp.21-22.
7Díaz, Evelin, La investigación de delitos de cierta complejidad en el Sistema Penal Guatemalteco, documento de trabajo elaborado para la reunión de Delitos complejos Convocada por CEJA y DEJUSTICIA, 2012. p.10-11